Conocida igualmente como epífisis, la glándula pineal es un órgano endocrino ubicado en lo profundo del cerebro, exactamente, entre los dos hemisferios. Pequeñita como un grano de maíz, tiene forma de piña de donde deriva su apelativo. Su función biológica primordial es secretar la Melatonina.
El asiento del alma según descartes
La primera referencia a la glándula pineal la encuentras en Galeno, quien a comienzos de esta era la clasificó entre las glándulas de soporte, desprovista de una actuación fundamental en la distribución de la vitalidad.
Particularmente Descartes, filósofo Francés del Siglo XVII, fue quien dio una mayor importancia; también metafísica, a la glándula pineal. En algunos de sus tratados en los tiempos modernos, Descartes la describió como la sede principal del alma humana y el sentido común, en base a consideraciones anatomofisiológicas.
Lo anterior son fragmentos de “Pasiones del Alma”, última obra de René Descartes, publicada en 1649, nacida de la amistad entre el filósofo y una princesa.
En su intento por explicar los fenómenos físicos, biológicos y psicológicos, les daba una explicación mecánica, considerándolos consecuencias necesarias del movimiento de los corpúsculos materiales, originalmente impresos por Dios pero actuando de manera autónoma.
Para Descartes, el hombre está provisto de un alma inmaterial que gobierna el cuerpo desde la glándula pineal donde se asienta.
¿Depende la consciencia de un área específica del cerebro?
René Descartes creía que los intercambios entre el cuerpo y el alma ocurrían mediante la glándula pineal. Había notado que esta estructura no era bilateral, sino muy central y única, no tiene un duplicado en el cerebro.
De hecho, los diferentes componentes de este órgano poseen tanto una parte Izquierda como una derecha; exceptuando la glándula pineal, característica única y especial. En los tiempos de Descartes fue una solución a preguntas cruciales.
Es el soporte de Descartes en el planteamiento hipotético de que este lugar era el responsable de la centralización de toda la información. Siendo la única parte sólida del cerebro, postuló también que era el centro del pensamiento, enfatizando sobre la glándula pineal como el punto donde la mente y el cuerpo se encuentran e interactúan.
¿Tenemos algo en la cabeza?
La hipótesis cartesiana plantea, que durante las funciones sensoriomotoras del organismo, los estímulos llegan a la glándula pineal a través de los espíritus contenidos en las cavidades cerebrales.
La teoría cartesiana sobre la glándula pineal pronto recibió críticas tanto del lado filosófico como del médico. Sin embargo, la función de la glándula pineal quedo en discusión y se formularon diferentes hipótesis, siempre basadas en bases científicas.
Por ejemplo, se ha interpretado como un simple órgano vestigial, similar al tercer ojo de los vertebrados inferiores, o como un órgano capaz de producir factores que inhiben del crecimiento o la maduración sexual, o factores que podrían curar la esquizofrenia o regular del aclaramiento de la piel.
Descartes, glándula pineal y tercer ojo
En la cultura posterior a la nueva era, la glándula pineal se identifica con el tercer ojo de las deidades hindúes y se cree que su «activación» conduciría al surgimiento de poderes psíquicos particulares y a la llamada “iluminación”.
René Descartes, nació en 1596 en La Haye, en la región francesa de Touraine, proveniente de una familia de clase media bastante adinerada. Se licenció en derecho y más tarde se alistó bajo la dirección de un príncipe protestante, y fue a luchar en Alemania en la Guerra de los Treinta Años.
En años posteriores, sus intereses se dirigieron principalmente a las matemáticas, geometría, óptica y lógica. Siendo aún soldado, Descartes tuvo tres sueños, durante los cuales, según sus relatos, tuvo una intuición fundamental para toda la construcción de su pensamiento filosófico.
Descartes, glándula pineal nueva ventana al mundo
En sus escritos expresó, haber descubierto «los cimientos de una ciencia maravillosa». Este fue probablemente el período en el que comenzó a elaborar la génesis de una nueva disciplina, que tenía un único método, estructurado como el de las matemáticas y válido para todos los campos del conocimiento.
La verdad es que René Descartes, es alguien a quien algunos todavía resienten por haber entendido que existimos sólo porque pensamos.