La glándula pineal produce y secreta melatonina, una hormona estructuralmente simple que transmite información sobre la iluminación ambiental a varias partes del cuerpo. La melatonina tiene la capacidad de introducir ritmos biológicos, así como importantes efectos en el organismo.
Síntesis, secreción y receptores de la melatonina
La estructura química de la melatonina (N-acetil-5-metoxitriptamina), es similar a la serotonina, sin la cual la síntesis de melatonina es extremadamente difícil o incluso imposible.
Los receptores de melatonina son los tipos:
- Receptores 1A, que se encuentran en los núcleos supraquiasmáticos del hipotálamo, en la glándula pituitaria anterior, las arterias y las células del sistema inmunológico.
- Receptores 2A, que se encuentran en la retina y las células cerebrales.
La información sobre la luz ambiental llega a la glándula pineal a lo largo de un camino de múltiples componentes. Después de la transformación en un impulso nervioso, la señal de los fotorreceptores de la retina a lo largo de los axones de las células ganglionares en forma del tracto retino-hipotalámico llega a los núcleos supraquiasmáticos del hipotálamo, desde donde se envía la orden para iniciar la síntesis y secreción de melatonina en la glándula pineal.
Por lo tanto, una condición fisiológica extremadamente necesaria para la síntesis y secreción adecuadas de melatonina en la glándula pineal es un régimen de luz externa. Actúa como desencadenante de la secreción de melatonina de la glándula pineal, que tiene un efecto directo sobre los centros del sueño – vigilia y el marcapasos circadiano endógeno del cuerpo. La concentración máxima de melatonina ocurre por la noche; entre las 2 y las 4 de la madrugada. Durante el día hay un cierto rango de valores, alcanzando nuevamente un pico fisiológico por la noche.
En caso de cualquier alteración en el sistema de regulación de la melatonina, su secreción disminuye drásticamente, lo que conduce a cambios en la cantidad y calidad del sueño nocturno. Entonces, si la luz ambiental no disminuye a un nivel fisiológicamente crítico, la melatonina no comenzará a producirse incluso en los jóvenes. Esto sucede, por ejemplo, al quedarse dormido con una fuente de luz. Sin embargo, independientemente de las condiciones de iluminación, las alteraciones en la secreción de melatonina ocurren naturalmente durante el envejecimiento natural de una persona, lo que está asociado con la calcificación de los pinealocitos, células pineales funcionales que sintetizan melatonina.
Este proceso ha recibido el nombre condicional de melanopausia, aunque desde el punto de vista fisiológico, a medida que el cuerpo envejece, no se produce un cese repentino de la secreción de melatonina por parte de la glándula pineal, sino un lento descenso. Con la edad, la cantidad de depósitos de calcio en la glándula pineal aumenta, lo que conduce a una disminución en la síntesis de melatonina y al desarrollo de trastornos en el sistema de «sueño-vigilia», en particular al insomnio, que es un atributo natural del ser humano.
Sin embargo, las consecuencias de la deficiencia de melatonina no se limitan al desarrollo de alteraciones del ritmo circadiano e insomnio en personas de cualquier edad. La deficiencia de la hormona del sueño también conduce a una serie de otras consecuencias negativas hormonales y metabólicas, que están asociadas con los efectos fisiológicos universales de la melatonina, que son muy diversos.
Efectos de la melatonina en el organismo
Cada vez aumenta el número de publicaciones sobre investigaciones que indican el efecto multifacético de la melatonina en el cuerpo, así como su activa participación en múltiples procesos fisiológicos. En casi todos los procesos vitales participa la melatonina, controla muchas funciones del cuerpo y exhibe propiedades terapéuticas.
Se reveló por ejemplo, que la melatonina promete un gran potencial en cuanto al tratamiento del síndrome metabólico y sus consecuencias como la obesidad y el hígado graso. También se ha demostrado que la melatonina tiene propiedades antiinflamatorias. Pero además; los resultados de estudios experimentales y clínicos indican que es una hormona de adaptación involucrada en la coordinación y sincronización de procesos neuroinmunofisiológicos. La acción de la melatonina se manifiesta en el mantenimiento de la actividad bioeléctrica normal del cerebro, los ritmos circadianos, en la regulación de la actividad de la región hipotalámica-hipofisaria, el sistema inmunológico y las defensas antiestrés del organismo.
La alteración de la producción y recepción de melatonina puede ser uno de los vínculos con el origen de una amplia gama de enfermedades acompañadas de trastornos neuroinmunológicos. Además, la melatonina se puede utilizar en diversos campos de la medicina preventiva y clínica.